En una sociedad predominantemente cristiana, escuchamos con frecuencia sobre la presencia constante de Dios (omnipresencia), todo su poder (omnipotencia) y su sabiduría absoluta (omnisciencia). Sin embargo, estos conceptos suelen suscitar dudas, ya que no existe otro ser con las mismas características.
En este contexto, podemos evaluar la etimología de las palabras para facilitar su comprensión. El prefijo de origen latino... oni, significa “todo”, de esta manera, califica las tres palabras de manera que hacen referencia a la ciencia, presencia y conocimiento de Dios en su totalidad.

En este sentido, omnisciencia es la palabra que explica la característica de Dios de poseer todo el conocimiento. Según la etimología, ciencia es el término que designa el conocimiento. Por lo tanto, en conjunto, el prefijo oni y el término ciencia da origen a la palabra que significa el conocimiento absoluto de Dios.
La palabra omnipotencia es el término relacionado con el poder ilimitado de Dios, ya que el poder deriva de potenciales, término griego que significa “el que puede”. En otras palabras, omnipotente es quien todo lo puede, quien tiene todo el poder.
La omnipresencia se refiere a la presencia de Dios en todos los lugares a la vez. Esto se debe a que, a pesar de vivir en un lugar específico y permanecer en un solo lugar físico, Él lo observa todo y puede actuar en cualquier lugar.
¿De dónde surgen estos conceptos?
Las tres palabras no se mencionan específicamente en la Biblia, pero sí sus significados.
En muchos pasajes, es común describir a Dios como todopoderoso, es decir, omnipotente. Por ejemplo, en Marcos 10, versículo 27, Jesús afirma que nada es imposible para Dios; por lo tanto, se deduce que, debido a su inmenso poder, puede lograr cualquier hazaña.
Además, también se mencionan la omnisciencia y omnipresencia de Dios. En el versículo 7 del Salmo 139, se afirma que no hay escapatoria de Dios, lo que demuestra su presencia en todas partes. Jeremías 10:12 también demuestra el conocimiento absoluto de Dios, al mencionar que Él estableció el mundo con su sabiduría.
Además de las claras referencias a las tres características, hay muchos ejemplos en la Biblia donde tales propiedades pueden atribuirse a Dios. Por ejemplo, en Éxodo 15, versículo 19, cuando Dios abre el mar para que Moisés y los hijos de Israel pudieran pasar, vemos su omnipotencia, pues, al poseer todo el poder, hace algo considerado imposible: abrir el mar.
Desde esta perspectiva, en todas las obras de Dios, podemos ver su naturaleza omnipresente, omnisciente y omnipotente. Él siempre conoce las verdaderas intenciones de cada persona, comprende cada situación, sin importar el lugar, y puede hacer cosas imposibles para cualquier otro.
Reflexiones sobre los conceptos de omnipresencia, omnipotencia y omnisciencia
Para quienes tienen fe, Dios es perfecto y permanece inmutable. Por lo tanto, siempre será omnisciente, omnipresente y omnipotente. No hay forma de explicar cómo posee tales características. Solo es posible creer y confirmar mediante la fe.
En muchas ocasiones somos incapaces de comprender las acciones de Dios, ya que, siendo omnipotente, Él puede realizar cualquier hazaña para ayudarnos y, por su omnisciencia, sabe cuál será el resultado de nuestras acciones.
Desde esta perspectiva, muchas situaciones cotidianas nos hacen cuestionar cómo actúa Dios. Pero es importante saber que, precisamente porque Él es omnisciente, permite que nos sucedan muchos acontecimientos. Esto se debe a que conoce nuestro futuro y cómo estas situaciones nos afectarán, ya sea positiva o negativamente.
A menudo ocurren cosas malas, aunque Dios es omnipotente. Aunque todo lo puede, Dios permite que muchas cosas sucedan para nuestro propio bien.
A menudo no lo entendemos en el momento, pero al final, todo está en su plan, para un propósito mayor. La mayoría de las veces, Dios permite que las malas situaciones nos enseñen lecciones y nos ayuden a evolucionar.
Finalmente, para quienes tienen fe, estas tres características de Dios son un consuelo para el alma. Esto se debe a que, al ser omnipresente, siempre estará con nosotros, sin importar el lugar o la situación, ya que está en todas partes a la vez. Al ser omnisciente, sabe lo que sucederá y, por lo tanto, nos permite afrontar diversas situaciones.
Y porque Él es omnipotente, podemos creer que, a través de la fe, Dios puede hacer que suceda lo que más deseamos, aunque sea imposible a los ojos humanos.
Con gran fe y positividad, escribe para Pray and Faith, llevando mensajes y enseñanzas Divinas a todos.