La familia, en todas sus formas, es muy importante para Dios. Es una institución sagrada creada por Dios. Cuando Adán fue creado, Dios comprendió que no era bueno que el hombre viviera solo.

Por lo tanto, Dios creó a Eva para que fuera la compañera de Adán. En Génesis 1:28, Adán y Eva recibieron instrucciones de tener hijos y poblar la tierra.

Génesis 2:24 ya dice que el hombre o la mujer que se casa deben dejar atrás a su padre y a su madre. En este sentido, marido y mujer se convierten en uno.

Después de la creación de la familia de Adán y Eva, la Biblia tiene pasajes e historias de muchas familias, incluyendo aquellas con diferentes composiciones, no solo una pareja con hijos.

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Cómo construir una familia unida en Dios

Hay historias de viudas e hijos, una familia de suegra y nuera (libro de Rut) y otras situaciones donde la estructura familiar no es la de una pareja con hijos.

Por lo tanto, recuerda que a Dios no le importa la composición de tu familia. Puedes construir una familia unida en Dios con cualquier composición familiar.

En Efesios 2:19-21, Dios demuestra que todos formamos parte de una gran familia, siendo sus hijos. Se afirma que somos miembros de toda la familia de Dios.

En otras palabras, más allá del concepto tradicional de familia, Dios ve una familia universal, compuesta por todos los cristianos. En este sentido, formas parte de una comunidad más amplia, como hijo del Señor.

Para Dios, es importante cuidar y valorar a la familia; de lo contrario, todos sus miembros sufrirán. Así que, aprende 7 pasos para construir una familia unida en Dios.

1.  Estudiemos la palabra de Dios en familia

Las familias necesitan dedicar tiempo cada día a leer la Biblia o estudiar las enseñanzas cristianas. De esta manera, invitan a Dios y a Jesús a su hogar. Los niños aprenderán los preceptos cristianos desde pequeños, preparándolos para ser buenas personas. Dediquen tiempo a aprender sobre las enseñanzas de Jesucristo en familia.

2.  Practiquemos la caridad en familia

Tú y tus familiares deberían servir juntos a los demás. Esto puede ser cualquier acto de caridad: ser voluntario en ONG, ofrecer comida a los necesitados, ayudar a un familiar y otros actos de solidaridad. Esto unirá más a todos tus familiares al hacer algo juntos y los acercará a Dios.

Esto es muy beneficioso, ya que todos somos parte de una sola familia con un solo padre, Dios. 

3.  Expresar amor por la familia

En Juan 15:12 aprendemos que las familias deben amarse como Dios nos ama. Por lo tanto, no se dejen reprender por actos de amor y afecto, ni siquiera los más pequeños.

Esto fortalece los lazos entre los miembros de la familia, crea una convivencia sana y además sienta un buen ejemplo para los niños.

4.  Orar en familia

Dios bendice a quienes oran con otros. Si estas personas forman parte de tu familia, mayor será la bendición: habrá paz, amor y armonía en tu hogar. Esto ayudará a armonizar los conflictos y a crear un ambiente saludable.

5.  Tener comidas familiares

No se puede tener una buena relación familiar sin convivencia. Es cierto que la vida moderna es cada vez más agitada, llena de responsabilidades y obligaciones, pero es importante que al menos coman en familia una vez al día.

Esto promoverá la convivencia, fortalecerá los lazos de amor y agradecimiento a Dios por haber provisto alimentos en la mesa siempre que ha sido necesario.

6.  Enseñar buenos valores y dar ejemplo

Como padre o tutor de niños o adolescentes, es importante enseñarles principios cristianos. Esto incluye todas las enseñanzas de Jesucristo. Además, ser un buen ejemplo.

Ningún niño o adolescente hace lo que se le dice, pero aprenden viendo el ejemplo en la práctica. Por lo tanto, sea un padre o tutor ejemplar para sus hijos.

7.  Asistir a la iglesia en familia

Adoptar el hábito de asistir a la iglesia en familia reforzará los valores familiares cristianos y acercará a Dios a cada miembro de la familia. Esto también puede brindar a todos un sentido de comunidad. Este sentido de comunidad es importante para enfatizar la idea de que todos los hijos de Dios conformamos una sola familia. Todos somos hermanos y hermanas.