A veces habla a través de la Biblia. A veces a través de la música gospel.

¿Alguna vez has sentido a Dios cerca?

¿Ha tenido alguna vez la sensación de que algo invisible le protegía?
¿O que una respuesta surgiera de la nada... pero, al mismo tiempo, pareciera venir de otra parte?

¿Alguna vez ha llorado escuchando una canción y ha pensado: "Algo me está pasando..."?
¿Alguna vez has tenido una liberación tan absurda que te has quedado sin palabras?

Hay días en los que todo parece normal, pero por dentro te estás desmoronando. Tu cuerpo funciona en automático, pero tu alma grita pidiendo ayuda. Puede que fuera en la cola del banco, conteniendo las lágrimas para que nadie se diera cuenta. O aquella tarde de domingo en la que el silencio de la casa parecía gritar. ¿Alguna vez has sentido una opresión en el pecho de la nada, como si algo estuviera fuera de lugar, aunque no hubiera una razón clara?

Podría haber sido escuchar una vieja canción y, de repente, tus ojos se llenaron de lágrimas sin previo aviso. A veces es esa canción gospel que empieza a sonar en el momento justo, como si la hubieran enviado sólo para ti. O tal vez fue en una sección de Biblia abierto al azar, pero que decía exactamente lo que tu corazón necesitaba oír. Y te hizo parar, pensar, respirar hondo y darte cuenta: "No estoy solo".

¿Alguna vez ha dado las gracias por algo sencillo y, al mismo tiempo, ha sentido una presencia inexplicable? ¿Un escalofrío, una calma repentina, un deseo de levantar la vista y decir "gracias" sin saber exactamente a quién?

Es precisamente en esos momentos cuando muchos sienten -incluso sin saberlo- que Dios llama.

¿Le has escuchado?

No era tu mente.
No era una ilusión.
Era él.

No siempre viene en forma de voz. A veces es sólo un pensamiento diferente que aparece de la nada. Una frase en tu cabeza que no parece ser tuya. "Estate en paz". "No te rindas." "Vuelve a casa". ¿Te ha pasado alguna vez?

Algunas personas escuchan en medio del caos. En el tráfico. En el baño. En el hospital. Hay quien escucha mientras sostiene un examen, una deuda o un corazón roto. Hay quien escucha mientras escuchar una canción gospel y sienten que el estribillo fue escrito exactamente para su dolor. Otros escuchan cuando hojear tranquilamente la BibliaY una frase salta a la vista como respuesta urgente.

No es una alucinación. No es una ilusión. Es Él tratando de llegar a ti - de la manera que puedas entender.

Y hay quienes están escuchando ahora, pero aún no se han dado cuenta de que esta inquietud interior... es una respuesta.

Y hay quienes están escuchando ahora, pero aún no se han dado cuenta de que esta inquietud interior... es una respuesta.

¿Has hablado alguna vez con él?

No tiene por qué ser con palabras bonitas.
Ni siquiera con rituales.

Quizá nunca le has hablado con palabras bonitas. Tal vez pienses que necesitas saber cómo rezar de la manera "correcta" para ser escuchado. Pero la verdad es Dios escucha incluso ese pensamiento que tuviste en el autobús, mirando por la ventana, deseando un nuevo comienzo.

Oyó ese "no puedo más" amortiguado en la almohada. Oyó ese "ayúdame" que ni siquiera podías decir en voz alta, sólo lo pensabas mientras contenías las lágrimas para no derrumbarte delante de nadie.

Tal vez hayas intentado hablar con Él después de escuchar un música gospel que te desmanteló por dentro, o cuando abriste el Biblia en un momento de desesperación. Quizá no salió nada de su boca, pero comprendió. Porque Dios comprende incluso el silencio.

¿Sientes que algo más grande te llama?

Porque quizá lo sea.

A veces es un encuentro inesperado, un "sí" que llega después de muchos "noes". Otras veces, está en la fuerza que surge de la nada justo cuando pensabas rendirte. Un ascenso que no esperabas. Una respuesta de alguien que ni siquiera te conoce bien, pero que te dice exactamente lo que necesitabas oír.

Dios llama todo el tiempo. A veces, a través de una conversación con alguien. Otras veces, a través de una Versículo bíblico que ves en Instagram y no puedes ignorar. O para un música gospel que suena en una tienda, en la radio o en el móvil de otra persona... pero que te atraviesa como si fuera sólo para ti.

¿Y si esta angustia en tu interior es el comienzo de un punto de inflexión? ¿Y si lo que sientes ahora mismo es en realidad una invitación a volver? A volver a la fe, a tu esencia, a lo que te da sentido.

Y quizá no estés aquí por casualidad.
Tal vez sea para ver eso:

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Véase también: Cómo escuchar la voz de Dios en medio del ruido del mundo

15 de mayo de 2025