¿Sabías que algunas Biblias tienen menos libros que otras? ¡Así es! Si alguna vez has comparado una Biblia católica con una protestante, habrás notado que esta última tiene menos libros. ¿Por qué? ¿Quién decidió quitar libros de la Biblia y por qué? Acompáñame a profundizar en este fascinante tema, lleno de detalles históricos.

¿Cuales son los libros que se llevaron?
Antes de entender por qué fueron excluidos, necesitamos saber de qué libros estamos hablando. Hay siete libros, conocidos como deuterocanónico, que se encuentran en la Biblia católica, pero no en la protestante. Son: Tobit, Judit, Sabiduría, Eclesiástico (o Sirac), Baruc, 1 Macabeos y 2 MacabeosAdemás de estos, también fueron eliminadas algunas partes de Daniel y Ester.
Quizás te preguntes: si estaban allí, ¿quién decidió que ya no debían estar? Para comprender esto, es importante analizar el contexto histórico de la Reforma Protestante y el canon bíblico.
La decisión de Martín Lutero
Retrocedamos en el tiempo hasta el siglo XVI. Martín Lutero, un monje agustino alemán, inició un movimiento que cambió la historia del cristianismo: el Reforma ProtestanteLutero era muy crítico con la Iglesia católica y quería reformar ciertas prácticas y doctrinas que, en su opinión, eran corruptas. Fue en este contexto que los libros deuterocanónicos entraron en la mira de Lutero.
Lutero creía que estos siete libros no debían tener el mismo peso doctrinal que el resto de la Biblia. Basó su razonamiento en el hecho de que Los judíos no consideraban que estos libros fueran parte del canon oficial de las Escrituras Hebreas., también conocido como el Tanaj. Por eso decidió no incluirlos en la versión de la Biblia que estaba traduciendo al alemán.
El criterio del canon hebreo
Pero ¿por qué los judíos no consideraban estos libros parte del canon? Esta también es una pregunta histórica. Durante el Consejo de Jania (Es importante señalar que existen dudas sobre si este concilio realmente se llevó a cabo como se describe). Alrededor del año 90 d. C., algunos rabinos judíos definieron qué libros formarían parte del Tanaj. Decidieron incluir solo los libros escritos originalmente en hebreo, y por lo tanto, los libros deuterocanónicos, escritos en griego o arameo, quedaron fuera.
Los primeros cristianos, sin embargo, utilizaban el Septuaginta, una versión griega del Antiguo Testamento que incluía estos siete libros. Por eso... Iglesia católica continuó aceptando los deuterocanónicos como parte de la Biblia oficial.
La posición de la Iglesia Católica
Quizás te preguntes: ¿cómo reaccionó la Iglesia Católica ante la Reforma y la exclusión de estos libros? La respuesta está en Concilio de Trento, que tuvo lugar entre 1545 y 1563. Este concilio se convocó precisamente para confrontar la Reforma Protestante y reafirmar las doctrinas de la Iglesia. Fue allí donde la Iglesia Católica declaró oficialmente que los deuterocanónicos formaban parte de la canon bíblico, reforzando que fueron inspirados por Dios y deben ser aceptados por los fieles.
Esta diferencia es la que explica por qué las Biblias católicas tienen 73 libros, mientras que las protestantes tienen 66. Este desacuerdo no es sólo una cuestión de cantidad, sino que también afecta algunas interpretaciones doctrinales y prácticas religiosas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre los libros?
Quizás te preguntes si estos libros influyen significativamente en la doctrina cristiana. ¡Y la respuesta es sí! Los deuterocanónicos aportan enseñanzas e historias que influyen directamente en ciertas creencias. Católicos. Por ejemplo, en 2 Macabeos se menciona la oración por los muertos, una práctica importante para el catolicismo, pero rechazada por las iglesias protestantes.
Además, el Libro de Tobías presenta al Arcángel Rafael, quien no se menciona en ningún otro lugar de la Biblia protestante. El Libro de la Sabiduría también contiene enseñanzas sobre la inmortalidad del alma, un concepto que cobra relevancia en la doctrina católica.
Estos libros también enriquecen nuestra comprensión histórica del período comprendido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, especialmente los Libros de los Macabeos, que narran la resistencia judía contra el dominio helenístico. Sin ellos, perdemos parte del contexto histórico que contribuyó a moldear el entorno en el que nació y creció Jesús.
Una cuestión de tradición e interpretación
Entonces, ¿quién tiene razón? ¿Deberían estos libros formar parte de la Biblia o no? La verdad es que... Esto es una cuestión de tradición e interpretación.Para la Iglesia Católica, la inclusión de los deuterocanónicos está vinculada a la tradición de los primeros cristianos y al uso de la Septuaginta. Para los reformadores, como Lutero, la idea era volver al canon original de los judíos, excluyendo los libros que no se consideraban inspirados por ellos.
Este debate es más profundo de lo que parece, ya que involucra diferentes maneras de ver la naturaleza misma de las Escrituras y la autoridad de las iglesias para definirlas. Si eres protestante, podrías creer que estos libros son, como mucho, útiles para comprender el contexto, pero no inspirados por Dios. Si eres católico, ves estos libros como parte integral de la Palabra divina.
¿Cómo afecta esto a la vida cristiana hoy?
Quizás te preguntes: ¿y hoy en día? ¿De verdad importa? ¡Y la respuesta es sí! Estas diferencias influyen directamente en cómo cada denominación entiende la fe, las doctrinas y las prácticas religiosas. Además, la existencia de diferentes cánones nos hace reflexionar sobre cómo la historia y la tradición influyen en nuestra fe.
Leer los deuterocanónicos puede ser una experiencia enriquecedora, incluso si no se consideran canónicos. Nos ayudan a comprender mejor el período comprendido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, las creencias de los primeros cristianos y la diversidad existente dentro del cristianismo.
Ver también: ¿Cómo practicaban su fe los cristianos antiguos?
22 de noviembre de 2024
Con gran fe y positividad, escribe para Pray and Faith, llevando mensajes y enseñanzas Divinas a todos.