A veces, sobre todo en los primeros días de la semana, como el lunes o el martes, es difícil encontrar la energía para seguir con la rutina diaria, ¿verdad?

Incluso hay momentos especialmente difíciles de vivir, como esos periodos de sufrimiento que parecen no acabar nunca.

Sin embargo, Jesucristo demostró que, a través de Dios, Él puede obrar milagros en tu vida. Para merecer un milagro, necesitas seguir los verdaderos preceptos cristianos.

Sin embargo, hay periodos de sufrimiento por los que hay que pasar, simplemente para cosechar mejores recompensas en la vida más adelante.

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Empieza la mañana conociendo los milagros de Dios

Es el caso de una enfermedad, que puede enseñarte a tener más fe y paciencia, o de un conflicto familiar que aumenta la unidad entre sus miembros tras la reconciliación, entre otros pequeños milagros cotidianos.

Sepa que un milagro no es necesariamente grandioso. Puede ser una simple ayuda de una persona desconocida, para ayudarte en un momento de sufrimiento, por ejemplo.

Sin embargo, la Biblia está llena de grandes milagros realizados por Jesucristo a través de Dios. Esto significa que los milagros también pueden ocurrir en tu vida.

¿Le cuesta levantarse al comienzo de la semana o tiene dificultades para cumplir con sus tareas diarias porque atraviesa un momento de extrema dificultad?

Por eso es necesario que conozcas los milagros de Dios, realizados por Jesucristo, que pueden bendecirte de un modo u otro y demostrar que Dios puede librarte de cualquier situación adversa: necesitas fe, paciencia, resignación y obediencia.

¿Cuáles son los propósitos de los milagros realizados por Jesucristo?

Dios no permite nada sin un plan concreto. Así que hubo un propósito por el cual Jesucristo realizó cada uno de sus grandes milagros.

Según Hechos 10:38, el propósito de los milagros de Jesucristo era mostrar la misericordia de Dios y todo su plan para los seres humanos. Según Juan 4:48, a través de los milagros de Jesucristo, Dios quería encender la fe en los corazones de la humanidad.

Los milagros más populares de Jesucristo tienen que ver con la curación física, pero eso no es todo. La misericordia de Dios es extensa. Conozca los principales milagros realizados por Jesucristo, como plan de Dios, para animarle a levantarse de la cama por la mañana y vivir plenamente en comunión con Dios.

1.  Pesca abundante

Dios no permite que te falte lo necesario para vivir en constante crecimiento espiritual, entre otras áreas de tu vida. Así lo demuestra el cuarto milagro realizado por Jesucristo.

Este milagro tuvo lugar cuando los apóstoles de Jesucristo intentaban pescar en el mar de Galilea. Los apóstoles lo intentaron todo, pero nada funcionó. La pesca fue infructuosa.

Jesús decidió intervenir, mostrar el poder de Dios cuando los apóstoles ya estaban desanimados, cansados y frustrados. Jesús pidió a Pedro que alejara la barca de la orilla.

Sin embargo, surgió un conflicto. Los apóstoles estaban insatisfechos con sus infructuosos resultados y ya no querían continuar. Sin embargo, Jesús les animó a continuar, incluso después de toda una noche.

Fueron recompensados por su obediencia al Señor, así como por su paciencia, esfuerzo y dedicación. La pesca fue abundante, tanto que las redes casi se rompieron con tantos peces.

La lección de este milagro es no renunciar a la vida ni a tus pequeñas metas diarias, así como mantener un verdadero comportamiento cristiano. En el momento oportuno, Dios ofrece la recompensa.

2.  La cura milagrosa

En el sexto milagro, Jesús demostró que ninguna familia que viva unida en Dios debe tener miedo ni preocuparse por los momentos de sufrimiento.

Pedro llegó a casa de Simón Pedro. La suegra del hombre estaba enferma. Jesús tomó la mano de la mujer y la curó completamente. De este modo, podemos comprender que las familias que viven según los preceptos cristianos pueden pasar por momentos difíciles, pero Dios está a su lado.

3.  Calmar la tormenta

Este es uno de los milagros más famosos de Jesucristo, que puede mantener encendida tu fe incluso ante la adversidad.

Jesús invitó a sus discípulos a cruzar el Mar de Galilea. A mitad de camino, el mar estaba agitado, el viento era fuerte y Jesucristo dormía.

Los apóstoles entraron en conflicto con Jesucristo por dormir en medio de un posible naufragio. Despertaron a Jesús contra su voluntad. Poco después, realizó el milagro de calmar el viento y las olas.

Esto sólo demuestra que en cualquier situación adversa en tu vida, tienes que tener fe en Jesucristo y en Dios que las cosas van a mejorar