Mantenerse cerca de Dios en la vida diaria es un deber de todos los cristianos practicantes. Sin embargo, en la ocupada vida diaria, es fácil olvidarlo, estar demasiado cansado u ocupado para llevar a cabo nuestros deberes religiosos.

Al no mantener a Dios cerca de ti, puedes estancarte en tu crecimiento espiritual, lo que tendrá consecuencias en otras áreas de tu vida, como tu salud, tu vida familiar, otras relaciones, tu carrera profesional, etc.

Sin embargo, hay algunos hábitos que puedes desarrollar para comenzar el día plenamente conectado con Dios. Esto solo te traerá beneficios, ya que es imposible tener una vida de calidad sin Dios. 

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6 maneras de empezar el día con Dios

Hay varias maneras de empezar el día más cerca de Dios. Al adoptar ciertos hábitos, atraerás a Dios a tu vida. Esta relación necesita ser nutrida como cualquier otra.

Descubre 7 consejos para empezar tu día con Dios y acercarlo a ti:

1.     Comienza el día con una oración

La oración es una forma de comunicarse directamente con Dios, ya sea mediante peticiones, efusiones o incluso expresiones de gratitud. No hay nada más poderoso que expresar gratitud por las cosas que Él te ha concedido en la vida, incluso si parte del esfuerzo ha sido tuyo.

Esto se debe a que si Dios no nos da las oportunidades y las herramientas adecuadas para lograr las cosas, no hay posibilidad de lograr nada en absoluto. Esto incluye las cosas pequeñas, como la alimentación diaria.

2.     Tenga un momento de reflexión y arrepentimiento.

En lugar de simplemente orar a Dios, puedes hablar abiertamente con Él. Una de las maneras más fuertes de agradar a Dios cuando cometes un pecado o un error moral es mostrar arrepentimiento.

Por lo tanto, al comenzar el día, reflexiona internamente sobre tus pecados, excesos, fracasos, errores, defectos, comportamientos dañinos, etc. Si puedes, expresa un profundo arrepentimiento y pide fuerza para no cometer el mismo pecado dos veces.

3.     Estudia la Biblia

Para acercarte a Dios y aprender los preceptos del cristianismo, empieza el día leyendo la Biblia. Sin embargo, no es necesario leer extensamente.

Puedes invertir en leer algunas páginas al día antes de comenzar tu rutina.

Sin embargo, la Biblia puede ser difícil de interpretar a veces. Si tienes dificultades para entender un pasaje o una parábola, por ejemplo, puedes aclarar tus dudas más tarde escribiéndolas. Consulta con tus líderes religiosos si tienes alguna pregunta.

4.     Practica la gratitud

Como se mencionó, la gratitud es un sentimiento sumamente loable a los ojos de Dios. Por lo tanto, puedes comenzar el día agradeciendo todo lo que más aprecias en tu vida.

Puede ser todo: desde tu vida profesional, tus comidas diarias, tus pequeños y grandes logros, tu familia, tu salud y todo lo que Él ha provisto para ti.

Todo lo que has logrado y mantenido hasta ahora fue gracias a tu esfuerzo y a las oportunidades que Él te dio. Sin Dios, nadie tendría nada.

5.     Tener una conversación religiosa

Hoy en día, es muy difícil mantenerse en contacto en persona. Es mucho más fácil abrir el teléfono y enviar un mensaje de WhatsApp.

Sin embargo, ya sea en persona o en línea, ten una conversación religiosa con alguien. Podría ser pedirle su opinión sobre un pasaje bíblico específico o incluso pedirle consejo cristiano sobre una situación particular de tu vida. 

Sólo ten cuidado a quién le pides consejo: debe ser a un cristiano practicante con suficiente sabiduría para no ofrecer consejos erróneos. 

6.     Ayudar a alguien

Dios nos mandó a todos amar al prójimo como a nosotros mismos. Por eso, tus seres queridos deben ser muy importantes para ti. Ayudarlos con pequeños gestos cotidianos también te acerca a Dios.

Jesucristo es tu modelo de altruismo. Debes actuar de la misma manera para ser cristiano. No es fácil, pero puedes empezar alimentando a un perro callejero, aconsejando a un familiar o amigo, ofreciendo consuelo y muchas otras actividades caritativas.

7.     Ámate a ti mismo

Como ya se mencionó, Dios nos mandó amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Para cumplir este mandamiento, primero debemos practicar el amor propio. Es imposible amar a los demás si no nos amamos y cuidamos a nosotros mismos.

Así que, practica una actividad relajante, disfruta de tu propia compañía y aprovecha para hacer pequeñas reflexiones y cambios internos al iniciar el día.