Las citas son un tema de creciente interés entre adolescentes e incluso jóvenes adultos. Sin embargo, muchos jóvenes mantienen relaciones sexuales, superficiales y pequeñas aventuras románticas que nada tienen que ver con los preceptos del cristianismo.

No hay información sobre las citas en la Biblia. Esto se debe a que los textos sagrados se escribieron en una época, cultura y región donde este tipo de compromiso no existía. Lo habitual era comprometerse y casarse poco después.

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Cómo mantener una relación cristiana sana

En este sentido, la Biblia contiene abundante información sobre el compromiso y el matrimonio. Sin embargo, hay un precepto unánime: las personas solo deben comprometerse en una relación con la intención de casarse pronto.

Esto se debe a que el deseo de Dios para los seres humanos es formar familias. Por lo tanto, al comprometerse en una relación con alguien, comprenda que solo será una relación cristiana si dura un breve período antes del matrimonio.

Hay algunos consejos de la Biblia para que los jóvenes y adolescentes entiendan cómo mantener una relación de pareja sana y cristiana, incluso durante el noviazgo y también en el matrimonio. 

¿Cuáles son los mejores consejos para mantener una relación cristiana saludable?

Hay consejos que tú y tu pareja pueden seguir para tener una relación cristiana sana, ya sea que sigan saliendo o ya estén casados. Consulta los 7 mejores consejos para mantener una relación cristiana sana:

1.  No descuides tus actividades espirituales

En cualquier relación cristiana, es fundamental mantener las actividades religiosas y vivir según los preceptos del cristianismo. Esto significa no dejar de asistir a misa, ayunar, orar ni siquiera interrumpir el aprendizaje espiritual.

Dios debe ser lo primero. Por lo tanto, no descuides tus deberes religiosos ni dejes de vivir conforme a los preceptos del cristianismo en ninguna relación romántica.

Por lo tanto, tú y tu pareja pueden realizar este tipo de actividades juntos. Pueden asistir a servicios/misas, orar, aprender sobre la Biblia y participar en grupos religiosos en su iglesia.

2.  Las citas son un anticipo del matrimonio

Las citas siempre deben tener como objetivo el matrimonio. Tener aventuras románticas fugaces, relaciones sexuales o incluso relaciones superficiales no es una práctica cristiana.

José y María, por ejemplo, se comprometieron en la adolescencia. Pero se comprometieron el uno con el otro y se casaron. Esto también aplica a las parejas que aún siguen saliendo.

3.  Mantener la castidad

Esta regla no aplica a las parejas casadas, sino a las personas que aún están saliendo. Solo las parejas casadas pueden tener relaciones sexuales, incluso los juegos inofensivos que suelen practicar los adolescentes.

Esta no es una relación verdaderamente cristiana ni sana. Dios enseñó que cuando un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales, se convierten en uno. En otras palabras, esta práctica fuera del matrimonio es pecado.

4.  Sé fiel

El adulterio es un pecado contra uno de los Diez Mandamientos que Dios le dio a Moisés. Por lo tanto, ya sea que estén saliendo o casados, ustedes y su pareja deben ser fieles el uno al otro.

El adulterio es un pecado grave cometido contra la pareja, quien no está obligada a permanecer en la relación sin respeto. La guía de Dios para la víctima de traición es perdonarla y darle una segunda oportunidad, nada más.

5.  Ten a Dios en tu relación

Mantén a Dios presente en tu relación, ya sea matrimonial o de pareja. Esto significa orar pidiendo guía o intervención cuando las cosas se pongan difíciles, confiar en el consejo de tus líderes espirituales para tu relación, participar en actividades religiosas con tu pareja y poner a Dios por encima de todo.

Incluso se recomienda orar antes de iniciar una relación, ya sea de novios o de matrimonio, para pedir la bendición del Señor sobre la relación.

Además, también es necesario seguir siguiendo los preceptos cristianos en una relación o matrimonio, como:

  • Mantener la fidelidad;
  • Ten respeto por tu pareja;
  • Perdonar y pedir perdón;
  • Ámate a ti mismo para amar a los demás adecuadamente;
  • Ama a los demás como a ti mismo;
  • Mantén a Dios sobre todo;
  • Entre otras prácticas saludables.

Sólo así será posible construir una relación sana y cristiana, bendecida por Dios y destinada a perdurar por el resto de la vida de pareja.